CON ELLOS LLEGÓ EL ESCÁNDALO.
Asombroso, colosal, increíble, impresionante… No, ninguna de las palabras del diccionario se ajusta a lo vivido el pasado sábado en Los Madroños de Velilla. Ninguna define la pasión, la emoción, la locura que demostraron los cientos de seguidores de Juan Carlos Verdú y los chicos de Fama ¡A bailar!
Aún no eran las 4 de la tarde y ya eran una multitud los jóvenes y niños que se agolpaban junto al escenario para disfrutar de un lugar privilegiado. ¡4 horas antes el ambiente era ya eléctrico!Y cuando Juan Carlos Verdú, Lorena Gallego, Ángel Martín y Sonia Navarro saltaron al escenario, se desató el delirio. El griterío era ensordecedor. Los móviles con cámara echaban humo. El espectáculo no había hecho más que empezar…Cada movimiento, cada detalle de los chicos de Fama ¡A bailar! era jaleado por sus incondicionales.
Ese explosivo cóctel de arte, profesionalidad, carácter y simpatía dio sus frutos. Hasta hubo tiempo para un concurso de baile entre los asistentes, en el que una pequeña promesa del baile y dos jóvenes más resultaron vencedores.
Finalmente, no hubo más remedio que ceder a los deseos de los fans y realizar una multitudinariafirma de autógrafos. Acto que se alargó hasta bien pasadas las 10 de la noche.En definitiva, fue un evento que desbordó las previsiones y en el que los dos únicos representantes del orden tuvieron que multiplicar sus esfuerzos para mantener bajo control la situación y proteger a los artistas.
Asombroso, colosal, increíble, impresionante… No, ninguna de las palabras del diccionario se ajusta a lo vivido el pasado sábado en Los Madroños de Velilla. Ninguna define la pasión, la emoción, la locura que demostraron los cientos de seguidores de Juan Carlos Verdú y los chicos de Fama ¡A bailar!
Aún no eran las 4 de la tarde y ya eran una multitud los jóvenes y niños que se agolpaban junto al escenario para disfrutar de un lugar privilegiado. ¡4 horas antes el ambiente era ya eléctrico!Y cuando Juan Carlos Verdú, Lorena Gallego, Ángel Martín y Sonia Navarro saltaron al escenario, se desató el delirio. El griterío era ensordecedor. Los móviles con cámara echaban humo. El espectáculo no había hecho más que empezar…Cada movimiento, cada detalle de los chicos de Fama ¡A bailar! era jaleado por sus incondicionales.
Ese explosivo cóctel de arte, profesionalidad, carácter y simpatía dio sus frutos. Hasta hubo tiempo para un concurso de baile entre los asistentes, en el que una pequeña promesa del baile y dos jóvenes más resultaron vencedores.
Finalmente, no hubo más remedio que ceder a los deseos de los fans y realizar una multitudinariafirma de autógrafos. Acto que se alargó hasta bien pasadas las 10 de la noche.En definitiva, fue un evento que desbordó las previsiones y en el que los dos únicos representantes del orden tuvieron que multiplicar sus esfuerzos para mantener bajo control la situación y proteger a los artistas.